Sobre los nuevos rebeldes

Pertenezco al extraño grupo de personas que aún les gusta mirarse a la cara, tocarse las manos, abrazarse y hablarse mirándose a los ojos...

Soy de los pocos que sigue creyendo que los teléfonos son sólo eso y que nunca remplazarán la emoción, y ni siquiera el hastío, que puede producir la compañía de alguien de carne y hueso.

Me rehuso a ser tecnologiamente hipnotizada; prefiero los juegos secretos pero ciertos, las miradas cómplices, la comida de verdad y el ejercicio... Siento mucha tristeza por quienes, no pudiendo materializar pasiones silentes, usan artilugios binarios para construir lazos que existen y al mismo tiempo son falsos, alejándose, quizá sin darse cuenta, de cosas reales como el sudor, la palabra, los latidos e incluso el amor.  

PD: #Desconectate  #Vive 

Corazones libres

La palabra libertad me sabe a viento, a ráfaga, a sonrisa, a brazos abiertos...
Se puede ser libre soñando despierto o durmiendo profundo.
Se puede ser libre anhelando, se puede ser libre volando pero sobre todo, se es libre haciendo un verso, un libro, un canto, una escuela, un puente, un hospital...
También se es libre diciendo y sintiendo un buenos días, un gracias con cariño, un para siempre, un te quiero sincero.
Al sentir la libertad no puedo olvidar el respeto. Mi libertad termina donde comienza la del compañero. Libertad sin respeto es un circo grosero, un nido de guerra, un puñal sin dueño.

Si tu corazón es libre, entenderás lo que digo. Sueño que todos nos gravemos el significado de libertad en el pecho. Que libre sea cada latido, que libre sean todos los deseos. Un mundo de corazones libres, eso es lo que quiero; libres de odio, libres de miedo, libres de guerra, libres de armas, libres, libres en cualquier momento y ante cualquier monumento.