La tarde comienza a despedirse, aumenta la brisa y el sol va cayendo despacio, conciente de que todo tiene su tiempo. Entonces yo descubro un laberinto de historias, con personajes que susurran diferentes versiones de su destino en mi cabeza; Y nace en mi la urgencia de contar éstas historias, que no se si son mías o de los pequeños fastasmas que se apoderan de mi concienca.
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